DEL 1 DE OCTUBRE AL 30 DE NOVIEMBRE DE 2016
Entre las muchas acepciones que incluye la palabra vicio, la afición es la que me lleva a ocupar la trama de esta exposición; de ahí el nombre escogido. La afición es una actividad cuyo valor reside en que aquel que la ejecuta lo hace por interés o amor hacia la actividad en sí misma y sus frutos intelectuales, artísticos, deportivos o materiales. La vocación y practica artística, como alegoría de la afición por la bicicleta, es figurada en cada lienzo como concepto que rotula, caracteriza y envuelve cada obra.
Al pedalear suelen surgir ideas insólitas, soluciones a los problemas más intermitentes y las propuestas más descabelladas. Al parecer, las principales culpables de que eso ocurra son las endorfinas, creando felicidad de forma totalmente endógena. Las endorfinas cambian el carácter, el humor y añaden creatividad. Es ponerse a pedalear e inmediatamente engrosas la lista de personas con ideas innovadoras, relativizadores de problemas y literatos con musa.
El fenómeno de las ideas sobrevenidas por las endorfinas tiene, por otro lado, un efecto aditivo. Cuando se te ocurre una cosa, luego se te ocurren muchas más, sumándose a las anteriores. A este amasijo de ideas, comienzo de un proceso ingenioso en el que una pedalea para encauzar un destino, le rindo mi veneración como creadora que pretende que su pedaleo sea continuo.
Pero, igualmente hay que indicar que no nos es posible abarcar con la mirada todos los detalles mientras estamos pedaleando, recordar tantas cosas, tantas pinceladas que te rodean cuando te has bajado de la bicicleta. La ausencia de escenarios simboliza ese estado intimo, ese insuficiente campo visual inherente en el ser humano, que se paraliza y trunca aún más por el estrés, el ruido y demás actores infecciosos.
Inspiradas en el trabajo de DDBICI como artesano de bicicleta, cada una de ellas reflejan ese tropel de inspiraciones e ingenios que despiertan la imaginación y creatividad durante el pedaleo, que nos guían y canalizan en el camino, recurso y herramienta activadora que para mí es adictiva.
Pero hastiada de que ocurra esto, cansada de desperdiciar el cúmulo de genialidades que se me pasan por la cabeza mientras pedaleo, he decidido que cada vez que las musas me visiten no esperar más, frenar y dejar la bicicleta apoyada a un lado del camino y reflejarlo, para luego continuar la marcha y seguir sumando nuevas ideas.
Las bicicletas de Itxaso Razquin toman Navarra Cicloesfera
Una colección con sencillas recopilaciones de encuadres, distintos ángulos y diferentes planos como recurso compositivo Diario de noticias